Hace ya mucho tiempo fui parte de un foro de crítica de fanfiction bastante más desconocido que los monstruosamente famosos Los malos fics y Los malos fics y sus autores (ambos con diseños agresivos, que no pretendían agradar al lector, si no asustarlo). No recuerdo la razón que me llevó a unirme (fuera de que el tema «Cosas que te joden», era lo mejor que podía existir), pero sí sé lo que pasó después, y es lo exactamente lo que he visto en esos dos foros en los que se junta la «crema y nata» del fandom: te conviertes en un crítico automático.
Cuando te conviertes en una de esas criaturas que pululan por el llamado fandom, lees por el puro placer de destrozar un escrito al que sólo le buscas los fallos y ya no los puntos fuertes. Enumeras los mismo errores una y otra vez: personajes OOC (out of character), mary sues, mala ortografía, pésima redacción (y todo lo dices sin mirar los errores que tú cometes, porque allí, como crítico, eres algo parecido a Dios).
Las críticas ya no se enfocan en el autor, que generalmente se la pasa por los huevos y las ignora porque le da reverendamente igual que tú pienses que escribe basura. Esos «críticos», que se han dado el título como si el escribir con buena ortografía les diera la oportunidad de realzar los errores de los demás y ridiculizarlos (aunque insistan que no lo hacen). Leen cosas que ya saben que van a ser malas y torturan sus ojos con la misma historia de siempre, los mismos clichés y los mismos errores, con la esperanza aun de que los autores corrijan. ¿Tiene razón? No lo sé. No me importa. ¿Su causa es desinteresada? Tampoco me importa.
Pero lo que estos «críticos» han olvidado ya es que se lee por placer, y que muchos de esos escritores de fanfiction son adolescentes que no aspiran a convertirse en autores profesionales. Y que, además, son una plaga, por lo que no sirve de absolutamente nada seguir buscando malas historias, que sabes que van a ser malas, y acosar al autor con comentarios, a ver si le da la gana ir y ver sus errores señalados una y otra vez.
Si un día cuando entran en una historia ya no leen, sino que sólo buscan los errores de manera mecánica, dejen de leer. Salgan de esa página, porque ni siquiera están disfrutando la que dicen que es su mayor pasión: leer.
Leer es para disfrutar. No para sufrir viendo los mismos errores de siempre.